Al momento en el que se escriben estas líneas, aunque aún hay litigios que deben resolverse, todo parece indicar que será Joe Biden quien ocupe la presidencia. Actualmente, Biden tiene 290 votos de los colegios electorales mientras que Donald Trump cuenta con 217, siendo que se requieren de al menos 270 votos para ganar.
Los estados en donde el resultado electoral queda aún pendiente son Carolina del Norte, donde Trump lleva ventaja de 1.4%, mientras que en Georgia, donde se detuvo el conteo de votos por las impugnaciones de Trump, el candidato demócrata tiene ventaja de 0.3% frente al republicano. En Pensilvania Biden tiene 49.8% de los votos y Trump 49%, en Carolina del Norte Trump tiene ventaja con 50.1% frente al 48.7% de Biden, en Alaska Trump tiene una amplia ventaja de 55.9% frente al 40.2% de Biden, en Georgia Biden tiene una estrecha ventaja con 49.5% frente al 49.2% y finalmente, en Nevada Biden tiene ventaja con 50.2% frente al 47.5% de Trump. No obstante, al proyectarse la victoria de Biden en los estados de Pensilvania y Nevada, el candidato demócrata tendría ya ganado el pase para ser el Presidente número 46 en la historia de los Estados Unidos. Ante este contexto, es importante reflexionar sobre algunas lecciones que nos deja este proceso electoral.
1. La postura de Trump anunciando un fraude electoral puede causar un daño muy grande al pueblo norteamericano. Aunado a las diversas movilizaciones en Washington como “Black Lives Matter”, la postura del mandatario puede enrarecer el ambiente en las calles provocando a diversos movimientos sociales. Esta actitud irresponsable de Trump puede generar violencia en una sociedad de por sí ya muy dolida por los estragos del Covid19.
2. El sistema electoral estadounidense puede ser puesto a revisión por primera vez en la historia. Ante el descontento por parte de los competidores al no respetar las reglas del juego (Trump anticipó que judicializará el proceso), esta puede ser una oportunidad para reconfigurar el sistema electoral. Recordemos que los estados llevan a cabo autónomamente el manejo de las elecciones sin interrupción de una instancia electoral federal por lo que pueden existir voces reformistas.
3. El senado y el congreso condicionarán la próxima presidencia. De momento el senado se lo lleva el partido republicano y la cámara de representantes el partido demócrata, no existirá una mayoría aplastante, por lo que los próximos años quien resida en la Casa Blanca tendrá que negociar con su contraparte partidista. En el congreso norteamericano se requieren 218 congresistas para tener la mayoría.
Por último, la inminente victoria de Biden complicará las labores diplomáticas del Gobierno Mexicano, quien había desarrollado durante meses una relación muy cercana a Trump, en ocasiones incluso satisfaciendo caprichos impensables como la utilización de la Guardia Nacional en la frontera sur para inhibir la inmigración. Lo anterior, aunado a la ausencia del reconocimiento de victoria de Biden por parte del mandatario mexicano, puede dejarnos ver que el nuevo gobierno de Estados Unidos no será complaciente con nuestro gobierno (en realidad, nunca lo han sido), recordemos que Biden fue vicepresidente en la administración de Obama, la cual lleva el récord de deportaciones a mexicanos.
A pesar de todo ello, a pesar de las imperfecciones de Biden, la derrota de Trump debe ser vista como una buena noticia. La nación más poderosa del mundo siempre se vuelve más peligrosa cuando en la Casa Blanca habita alguien como Trump; su intolerancia, su ignorancia, su misoginia, su tergiversado nacionalismo, y su enorme habilidad de ver enemigos por todos lados (como si la política fuera solo competencia y no cooperación) no son calificativos que pudieran definirse como subjetivos, son rasgos descriptivos de una personalidad de un mandatario que jamás debió tener acceso al manejo de dispositivos nucleares.
Biden y Kamala Harris, potenciales Presidente y Vicepresidenta, tienen una oportunidad histórica en sus manos, veremos si vuelven al esquema de los Bush y los Clinton, al intervencionismo, a la sujeción de Wall Street, y al financiamiento de la política del miedo en oriente medio y otros países, o si generan otro camino, una nueva historia para la democracia más antigua de América. Ah! Y también Trump tiene la oportunidad de reconocer su derrota electoral, y no pasar a los libros texto como el que le causó el peor daño a la democracia en la historia de Estados Unidos.