OPINIÓN INVITADA: Elizabeth Morales García.
Diputada Federal en la LX Legislatura.
Presidenta Municipal de Xalapa, Veracruz, periodo 2011-2013.
Delegada Federal del ISSSTE Y PROFECO en Veracruz.
Gobernar un municipio es una gran responsabilidad, el Ayuntamiento es la instancia más cercana a la población en espera de respuestas prontas y efectivas que detonen su ciudad, para que sea más segura, con mejor infraestructura y que brinde oportunidades para todos, en pro de una buena calidad de vida. Pasar de las promesas de campaña a la realidad, en muchas ocasiones es terminar con una muy corta luna de miel entre gobernados y gobernantes.
Dar resultados implica mucho más que la voluntad de querer hacerlo. Involucra un ejercicio ordenado bajo principios fundamentales de la administración: planeación, organización, dirección y control. Se deberá contar con una estructura organizacional adecuada, que permita una comunicación clara y efectiva, tanto transversal como horizontal; realizar un correcto reclutamiento y selección de personal, la persona adecuada para el puesto adecuado; tener el marco jurídico correcto, con los reglamentos municipales actualizados y, una planeación eficaz de las obras y acciones a realizar de acuerdo al origen de los recursos con los que se contará. El alcalde o presidente municipal deberá trabajar en la gobernabilidad para la toma de decisiones colegiadas junto con su Cabildo y de acuerdo al mandato de la población. Es esta la verdadera tarea a realizar, con creatividad, a fin de hacer más con menos.
Lo cierto es que aún ejecutando muy bien todas estas acciones, la sociedad en mucha de las ocasiones no evalúa bien a sus gobernantes, la razón es, que no hay dinero que alcance y que los recursos con lo que cuenta un gobierno municipal están definidos por fondos con reglas de operación que delimitan su aplicación.
Los ingresos que provienen fundamentalmente de dos vías: los recursos propios y los ramos federales son, además de encuadrados en reglas de operación inflexible, insuficientes. La fuente más importante de recursos propios es el predial cuya aplicación puede realizarse libremente pero que resulta siempre menor frente a los retos por resolver, además, se recomienda con ese ingreso prevenir el pago de las obligaciones de fin de año, las cuales llegado el momento se convierten en un dolor de cabeza, entiéndase aguinaldos del personal, que en muchas ocasiones orillan al endeudamiento para resolver lo no previsto.
Respecto a los fondos federales, como el 28, este es aplicado mayoritariamente para la operación del Ayuntamiento, el pago de sueldos y salarios, maquinaria y su mantenimiento, diesel y gasolina de camiones de limpia pública y otros gastos fijos y variables, quedando muy poco, por no decir nada para otras acciones. El ramo 32 se compone de otros fondos, entre ellos el de infraestructura municipal, el cual está destinado a la ejecución de obra básica, drenaje, luz y agua potable en zonas de alta marginación. Estás obras son muy importantes, pero poco reconocidas como un logro del munícipe. Por el contrario, es el mínimo deber que tiene el gobernante y no se le calificará como una administración extraordinaria por hacer lo que le corresponde, la sociedad espera mucho más.
El otro fondo de este mismo ramo, el del fortalecimiento municipal, contempla recursos para otras obras y acciones, como la elaboración de planes y programas, pago de créditos, cobertura de otras obligaciones como puede ser la luz y las concesiones de limpia pública y desecho de residuos, entre otros. Por lo que también se vuelve insuficiente para realizar una gran obra pública que trascienda y haga del alcalde “el mejor del mundo”, entonces la fórmula es: gestionar. Si, gestionar recursos extraordinarios para obras extraordinarias. Gestionar con el gobierno estatal y federal en estos tiempos que los recursos están canalizado a becas y obras como el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía, es prácticamente un esfuerzo nulo.
La gran oportunidad de ser presidente municipal de una ciudad es para hacer obras y acciones que transformen, que trasciendan, que hagan de un espacio el mejor para vivir. Así que no hay esfuerzo menor, la opción sigue siendo gestionar, gestionar recursos internacionales de organismos y asociaciones que de acuerdo a la agenda 2030 de la ONU para el desarrollo sostenible, impulsan la aplicación de fondos económicos para hacer de este mundo un espacio mejor desde la célula más importante de la estructura de gobierno que es el Ayuntamiento. Así, que si hay opción, y no hay pretextos, se espera de los alcaldes ser los mejores que jamás el municipio ha tenido, están obligados por que nadie los impuso, ellas y ellos pidieron ser elegidos y el pueblo se los concedió. ¡A trabajar!